Desde estas humildes líneas quiero reflexionar sobre la tremenda inquietud que asola a la sociedad española, sobre la necesidad de la instauración de una República Democrática o mantener y reforzar la Monarquía Parlamentaria.

Todo comienza a través de los últimos sucesos acaecidos, sobre todo en la figura de don Juan Carlos I. El Rey Emérito, al que tanto se le debe por la transición y la lucha por la libertad y la democracia en España en un momento crítico para España, ha ido sumergiéndose en un cenagal con sus comportamientos más allá de la corona: faldas y a lo loco, lo que ha derivado en episodios de impunidad ante la justicia por posibles causas de prevaricación. En definitiva, de llevárselo crudo.

Una República debe ser el «sumun» de cualquier estado, pero la figura del Presidente de la República debe estar a la altura de tal nombramiento. Pero el mundo está cambiando, las repúblicas en todo el mundo carecen de personas que lideren y representen a estos países, lejos de consignas, colores políticos. Pero no tienen la cultura necesaria ni la inteligencia ni nada por el estilo para afrontar tales cargos. En España esto es mucho más severa esta afirmación. Se ha instaurado en la política española un populismo barato, en el que cualquiera llega a poder optar a un cargo político sin preparación, sin formación. No, hacer ciencias políticas y de la administración no es una preparación necesaria para optar a un cargo público. Podemos divagar sobre el por qué, basado en el tipo de profesores que imparten estas materias. Los llamados Politólogos, o una forma más “pijotera” de llamar políticos mercenarios, que son capaces de ser contratados por unos o por otros para hacer ganar elecciones. Cuando la mayoría de políticos vemos que son Abogados y “politólogos” concebimos que en España hay un problema de base. La figura del político está más centrada en cumplir ellos mismos las leyes que en cambiarlas o adaptarlas. No me imagino a ninguna figura actual de la política española como presidente “supuesto” de una república, que podría terminar convirtiéndose en república bolivariana, o americana.

Creo que la figura de Felipe VI está ahora mismo por encima de cualquier político español. Se trata de vivir con comodidad, y dudo que una república liderada por algún payaso de turno “politólogo” o Político llegue a darnos la comodidad y seguridad que actualmente tenemos.

Algunos conceptos que quizás no conocías.

Una República es una forma de estado en la que todos sus dirigentes son elegidos por sufragio universal. Las dos máximas figuras que existen son el presidente de la república y el primer ministro. A excepción de EEUU donde ambos coinciden en la misma persona: el Presidente.

Es una forma de estado en la que el jefe del estado recae en la figura de un Rey. El rey no es elegido por sufragio universal, sino que tiene un carácter hereditario. Las monarquías pueden ser parlamentarias, absolutas, liberales, constitucionales o híbridas.

Felipe VI es el jefe del estado en España que ostenta los cargos de Rey de España, y Capitan General de todos los ejércitos en España.  Su nombre completo es Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia.